VÁRICES
Cuando las venas de las piernas no son capaces de devolver al corazón toda la sangre que les llega al ritmo adecuado, se produce una pérdida de velocidad sanguínea y cierto estancamiento. Esta anomalía se conoce con el nombre de insuficiencia venosa y se manifiesta con síntomas como piernas doloridas, hormigueo, calambres, varices, hinchazón, pesadez, arañas vasculares o úlceras varicosas. Si la insuficiencia venosa no se trata debidamente, puede derivar en serios problemas como la úlcera (varices grandes), eccema (varices pequeñas), pigmentación flebostática (encharcamiento Hb) y trombosis venosa y flebitis.
